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¿Para qué deportes está indicado el uso de Proteckthor?

Muchos deportes, tanto colectivos como individuales o por parejas, no contemplan el uso de casco. No obstante, la práctica de todos ellos conlleva un riesgo de lesión cerebral. Descubre a qué te expones.

Desde Proteckthor hemos enfatizado en el uso de nuestro protector craneal principalmente en el fútbol. Entiéndase por fútbol también fútbol 7 y otras modalidades, como fútbol 8, fútbol 6, fútbol 5 y otras adaptaciones en categorías formativas. En este sentido, es importante reseñar, como hemos hecho en reiteradas ocasiones, la prohibición por parte de varias federaciones internacionales de golpear el balón con la cabeza a niños menores de 13 años. No obstante, hay otros deportes en los que también hay riego de sufrir lesiones craneales y cerebrales. El fútbol sala es, al igual que el fútbol, una fuente de riego bastante importante. Por un lado, las reducidas dimensiones del terreno de juego, aumentan la probabilidad de contacto entre jugadores, por lo que el golpe de cabeza con cabeza es más probable. La superficie también es más dura que el césped (tanto natural como sintético) del fútbol. Generalmente el fútbol sala se desarrolla en suelos de cemento, resina o parquet. Las porterías también suponen un riesgo potencial, ya que a día de hoy, la mayoría de estas cuentan con esquinas a diferencias de las porterías tubulares. En definitiva, el fútbol sala añade elementos ‘peligrosos’ a los ya sabidos en el deporte rey. 

En el balonmano el riesgo de lesión cerebral o craneal es similar al del fútbol sala si atendemos a la misma premisa de la pista donde se practica este deporte. A ello hay que sumar que el balonmano es un deporte donde el riesgo de recibir un codazo en la cabeza en lances del juego defensa-ataque es bastante elevado, al que hay que sumar impactos fortuitos en la cabeza con la pelota tanto por parte de los jugadores de campo como de los porteros. Estos últimos tienen ya muy interiorizado el uso de coquilla, rodilleras y coderas para proteger otras partes sensibles del cuerpo. Basta con ver los tanteos de un partido de balonmano para hacerse una idea de las ocasiones que un portero se expone a recibir un impacto directo a gran velocidad del balón. El FC Barcelona, campeón de la Liga Asobal de Balonmano, cerró 2022 siendo el equipo con mejor defensa, encanto una media de 26,60 goles por partido. 

Los jugadores de baloncesto también tienen un riesgo elevado de impacto en la cabeza. Es difícil imaginar a un baloncestista rematar el balón con la cabeza, aunque según el reglamento podría hacerlo sin incurrir en falta. Marc Gasol fue noticia precisamente por cabecear intencionadamente la pelota en un partido de NBA

 Anécdotas aparte, las incursiones a canasta y los braceos propios de la defensa nos han dejado para la galería infinidad de golpes en la cabeza, de los cuales muchos han derivado en brechas o contusiones con consecuencias directas para el jugador. Si a esto le sumamos que, al igual que en fútbol sala o balonmano, la superficie es dura, el riesgo de golpeo en la cabeza se incrementa. 

Otro deporte colectivo que también puede ser el origen de golpes en la cabeza es el voleibol. Si bien es cierto que los dos equipos están separados por la red, el riesgo de contacto con un integrante del propio equipo, de recibir un pelotazo o de impactar con el suelo existe. 

El pádel no está exento de peligro en este sentido. Las reducidas dimensiones de la pista, el uso de pala y la velocidad de juego, hace que los jugadores se expongan a un impacto en la cabeza en más de una ocasión. Ya sea con la pared que delimita en terreno de juego o con su propio compañero. 

En definitiva, estamos enumerando riesgos potenciales en deportes que tradicionalmente no necesitan una protección craneal específica. Por ello hemos obviado otras disciplinas deportivas que tienen entre su normativa o recomendaciones el uso de cascos específicos: ciclismo, boxeo, equitación, esquí, snowboard… 

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